En lo más alto de una casona intervenida por el arquitecto Kalach, nace El Taller de Katz Rooftop, el nuevo capítulo de Katz cuyos ingredientes principales son creatividad, técnica y tradición. Este espacio íntimo redefine lo que entendemos por omakase en coctelería, fusionando sabores locales con viajes sensoriales.

El alma detrás de la barra: Mica Rousseau y Luis Comisso

Mica Rousseau, originario de Francia pero adoptado por México, ha sido reconocido en varias instancias prestigiosas como World Class México, donde ha lucido por su capacidad de divergencia: mezcla ingredientes poco convencionales, juega con técnicas modernas, y siempre busca contar una historia en cada copa.

Luis Comisso complementa esa visión con maestría en la barra; juntos exploran desde sabores atrevidos, como destilados con notas de cereal Trix, hasta reinterpretaciones de clásicos mexicanos con mezcal u otros destilados nacionales — propuestas que no solo sorprenden sino que conectan al paladar con lo local.

Gastronomía que habla de México con voz contemporánea

El menú está diseñado para dialogar con los cócteles, sin competir. El Chef David Hernández Aguilar trae más de 30 años de experiencia mezclando cocina francesa y mexicana, pero lo hace sin pretensiones: se trata de rescatar ingredientes frescos, resaltar autenticidad, textura y aroma, de modo que cada plato eleve el trago con el que se acompaña.

Un espacio pensado para la experiencia

El Taller de Katz Rooftop no es sólo bar ni sólo restaurante; es un laboratorio sensorial. Con una sola mesa para 12 personas, maderas cálidas y diseño que invita al recogimiento, se convierte en el lugar ideal para celebraciones íntimas, momentos especiales o simplemente para quienes buscan una experiencia completa. Ambiente relajado, servicio cercano, atención al detalle.

El precio estimado es de $1,490 MXN por persona, lo que incluye todo el recorrido de coctelería + cena maridaje. Se recomienda reservar con anticipación.

Katz: su propuesta y legado

Katz ya se ha posicionado en la escena mexicana como un espacio de coctelería contemporánea, mezclando alquimia de sabores, técnica y emoción. Con este rooftop, se confirma que no se trata solo de “tomar un cóctel”, sino de vivirlo, de formar parte de una atmósfera que invita a reflexionar sobre el origen de cada ingrediente, sobre la combinación perfecta entre lo clásico y lo moderno.

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